Comparativa caso Viajes Marsans - Similitudes y "coincidencias". Dos partituras parecidas (5)

Según publica hoy El Economista, Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual movieron todos los hilos necesarios para alejar de las manos de los acreedores sus bienes más preciados: coches de lujo, fincas, inmuebles... El ex presidente de la CEOE traspasó a Aszendia, un despacho de abogados propiedad de Ángel de Cabo, un Rolls Royce valorado en medio millón de euros para salvarlo del embargo que había decretado el juez sobre sus bienes para hacer frente a los avales personales que otorgó en los últimos meses de vida de Marsans.

La operación está siendo investigada por la Audiencia Nacional por un posible delito de estafa procesal, es decir, por entregar documentación falsa al juez con el objetivo de obtener una resolución judicial injusta.

Según se recoge en una denuncia, la venta del bien se realizó dos días después de que el juez ordenara el embargo, pero la factura que presentó para justificar que el vehículo de lujo ya no era suyo estaba fechada varios días antes. Tras la operación, el Rolls Royce se trasladó a la sede en Valencia de la sociedad de Ángel de Cabo, donde ha permanecido hasta la fecha.

Proteger sus posesiones

Pero esta no es la única operación que el fundador de Posibilitum, la empresa que compró Marsans y Nueva Rumasa, ha llevado a cabo para sacar los activos de los concursos de acreedores y evitar que se usen para hacer frente a las deudas.

Ángel de Cabo, presuntamente, también ha maniobrado para evitar que se pueda subastar libre de cargas la Sauteral, una finca de caza de Gonzalo Pascual valorada en 8 millones de euros. Para salvaguardar su patrimonio de los acreedores (dieron avales personales por valor de 33 millones de euros) ambos empresarios traspasaron sus bienes a Ángel de Cabo o los pusieron a nombre de sus esposas o hijos, así, sin nada a su nombre, se han declarado insolventes.

Marsans debe a sus acreedores 400 millones de euros -40 millones a AC, Meliá, Pullmantur y Orizonia, que se han querellado con ellos por alzamiento de bienes- que dificilmente cobraran al 100%.

Los exdueños de la que fue la principal agencia de viajes de España (contaba con 700 oficinas en el territorio nacional) le traspasaron sus bienes (inmuebles, fincas en España, Portugal y Argentina que han desaparecido del concurso, coches de lujo, viviendas) y los activos de Marsans sin la deuda a cambio de los que gestionaran y sacaran el máximo beneficio posible que luego se repartirían entre ellos al 50 por ciento, según un contrato firmado por Ángel de Cado, Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual después de la venta. A su vez, el contrato incluye el pago de un sueldo mensual a los dos empresarios con el que mantienen su elevado tren de vida.

Un vida de lujo

Los empresarios eran conocidos por su gusto por los coches de lujos y las propiedades que tenían a lo largo del mundo. Conducían Porches, Rolls Royce y Ferraris, Audis A8... un gusto que siguen mantiendo pese a no tener ningún activo a su nombre y estar en bancarrota. Según fuentes cercanas al proceso judicial abierto contras los ex propietarios de Marsans, Gonzalo Pascual todavía tiene un Porsche último modelo en su garaje y Gerardo Díaz Ferrán se ha ido más de una vez de caza. "Mantienen un nivel de vida alto", explican estas mismas fuentes.

Antes de la quiebra de la agencia de viajes y que varios juzgados empezaran a embargarle alguna de sus propiedades como fincas rústicas en España, los empresarios tenían casas en la Quinta Avenida de Nueva York (EEUU), Alcalá de Henares (Madrid) y el puerto de Palma Mallorca.

Díaz Ferrán estaba en Inversiones Grudisan, que tenía unos activos de 42,63 millones de euros al cierre de 2007. También tiene la patrimonial Holdisán -con activos por 116,82 millones en 2008-, se ha construido un chalé en Calvià (Mallorca) por cuatro millones de euros y compró un yate de 27 metros de eslora que suele recalar en Mallorca. En EEUU adquirió en 2007 a través de una sociedad un apartamento cerca de Central Park (Nueva York).