Ojo con Ángel del Cabo, el nuevo hombre de la Nueva Rumasa

Su compra del holding de los Ruiz Mateos no aporta beneficio alguno para los acreedores

Capital Madrid - José Sánchez Mendoza - 14 de septiembre de 2011 – En la película El tercer hombre, de Carol Reed, Orson Welles es Harry Lime, un personaje envuelto en turbios manejos capaz de cualquier cosa para cambiar las tornas a su favor, incluso fingir su propia muerte. Ni la trama de Nueva Rumasa es digna de un guión de Graham Greene ni Ángel del Cabo es el gran Welles, pero no se le puede negar a este empresario valenciano la capacidad de dejar en fuera de juego a todos los implicados en el caso con un movimiento difícil de descifrar. Con la compra de Nueva Rumasa, del Cabo vuelve a la primera plana por adquirir un negocio ruinoso en una operación aparentemente suicida, al igual que cuando se hizo con la hundida Viajes Marsans. De sus intenciones nada se sabe, aunque una de las pocas cosas claras es que los inversores que metieron su dinero en el grupo empresarial levantado (y derribado) por el ínclito José María Ruiz-Mateos no tienen razones para pensar que su situación va a mejorar.

Del Cabo es un auténtico estraperlista de escombros. Se dedica a comprar compañías en las últimas que, para más inri, suelen estar inmersas en procedimientos de concurso de acreedores. Empezó su carrera adueñándose de las maltrechas Teconsa y Azagra, ladrilleras ambas.

Poco después fue noticia por adquirir Viajes Marsans a través de una empresa-testaferro, Posibilitum Business. La broma le salió por 600 millones de euros y acabó mal: hace unos meses, la jueza a cargo del concurso de acreedores de Marsans despojó a del Cabo de la gestión de la mercantil después de que el administrador concursal denunciara graves irregularidades en Posibilitum Business, a la que calificó de ‘sociedad pantalla' tras la cual el empresario movía los hilos. Marsans fue liquidada y sólo saldó las deudas con los trabajadores y la seguridad social.

Hace unos días, salió de nuevo a la palestra al utilizar un fondo de capital riesgo llamado Back in Business para comprar las principales empresas del grupo Nueva Rumasa por 1.500 millones de euros. Una vez más, movía el peón para comerse a la reina. Una reina, eso sí, vieja, arruinada y poco deseable para el común de los mortales. No para del Cabo. ¿Qué pretende? Y, mucho más importante ¿En qué beneficia esta operación a las personas que vieron sus ahorros diluirse en la esperpéntica emisión de pagarés urdida por el desesperado Ruiz-Mateos?

IURE abogados es una de las firmas de abogados que asesora a los afectados de Nueva Rumasa. En un comunicado, el despacho ha aclarado que la operación mercantil "no modifica la situación de los acreedores involucrados en el procedimiento jurídico". En resumen, que no esperen tener más posibilidades de recuperar su capital.

Los abogados también hacen una interpretación jurídica de las posibles intenciones del enigmático comprador: "Es común que sociedades que afrontan situaciones de insolvencia sean objeto de ‘ataques o capturas' preconcursales con el único objeto de descapitalizar la sociedad a través de la venta de activos interesantes, dejando a la sociedad despatrimonializada con el consecuente perjuicio para los acreedores en el procedimiento concursal (abocado a la liquidación) que se tramite posteriormente".

Desconfiados, y con razón

Los afectados no se fían, y eso se traduce en sus acciones. Según informa la prensa, el despacho Martínez-Echevarría, Pérez y Ferrero, que representa a 200 inversores, ha pedido al Juzgado Central de Instrucción número 5 que requiera a ambas partes los contratos de compraventa.

El clan Ruiz-Mateos, por su parte, niega la mayor. El administrador de Clesa e hijo del fundador de Nueva Rumasa, Álvaro Ruiz-Mateos, ha negado que del Cabo sea un "liquidador" que se vaya a encargar de la empresa.

¿Qué es, entonces? El único que puede responder a esa pregunta es el propio Ángel del cabo, el ‘tercer hombre' del que todos hablan, pero guarda silencio. Como Harry Lime tras su impostada defunción. ¿Acabará como él?